Entre todos se han defendido esta candidatura con orgullo, mostrando cómo la sidra es más que una bebida: es una forma de vida, un vínculo entre nuestras raíces, nuestra tradición, el buen hacer que ha pasado de generación en generación y el mundo.
Desde las pumaradas y los llagares hasta los establecimientos turísticos, pasando por toda la cadena de valor, que queda reflejada en nuestro proyecto, se respira tradición sidrera. Este respaldo ha consolidado la posición de Asturias como un destino único donde la cultura sidrera asturiana es un motor de desarrollo sostenible.
Mayor proyección internacional: Este reconocimiento posiciona a Asturias como un destino cultural único, atrayendo a visitantes de todo el mundo interesados en nuestras tradiciones. Además de asociarse a un turismo gastronómico y experiencial que actualmente están en auge.
Impulso al turismo sostenible: La sidra, como símbolo de identidad asturiana, fomenta un turismo respetuoso y auténtico que conecta al visitante con nuestra tierra, nuestro símbolo más identitario y nuestra gente. Al asociarse a nuestro proyecto además implica la garantía de calidad, origen y profesionalidad.
Oportunidades para empresas locales: Desde visitas a llagares, pumaradas hasta experiencias gastronómicas y culturales, el sello UNESCO abre puertas a nuevos proyectos y colaboraciones.