Una buena materia prima y su trato es importante para conseguir un buen resultado. Es necesario que el establecimiento almacene la sidra en un lugar fresco y cuando vaya a servirla, su temperatura sea de 12 – 14 °C.
Se deben usar unos vasos específicos para ello, vasos de sidra, cuyas medidas son de 12 cm de alto, con una boca de 9 cm, que se estrecha en la parte inferior. Con un grosor de cristal lo más fino posible y la cantidad de sidra escanciada (culín) no debería ser inferior a 100 ml. La sidra necesita un mínimo de líquido para que al echarlo y choque contra el vaso, reactive su gas carbónico y mejore los atributos de la sidra.
La botella que se emplea se denomina mol de fierru (ya que estaba fabricada por moldes de hierro) y que popularmente se llamó botella de Xixón, por llevar marcada en su parte inferior el nombre de la ciudad donde se fabricaba.